sábado, 24 de diciembre de 2011

Me gustaba ir allí, donde solíamos pasear y sentarnos juntos, donde nuestras palabras se esfumaban, donde los besos eran dulces, donde el agua reflejaba tu sonrisa, donde el sol hacía tus ojos más brillantes. Me gustaba hablarme sola,como si tú aún estuvieses conmigo. Me gustaba mirar al horizonte y recordar tus bellas palabras, aquellas que permanecerán el resto de mi vida en mi memoria. Decías algo así como: El día que yo falte, el día que yo muera o ese maldito día en el que mi barco se hunda, vuelve, vuelve a nuestro punto de encuentro. Éste puerto. Vuelve y mira allí, donde el sol y las aguas se unen, donde el mar acaba. Vuelve y recuerda mis sonrisas, esas que cada día lograbas sacarme. Vuelve, y no olvides nunca que en lo último que pensé, cuando mis pulmones se llenaron de agua fue en ti. Y recuerda que el agua que ahora roza tus tobillos y te hace cosquillas es mi alma, que siempre vivirá en ese puerto, debajo de tus morenos pies.

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